Bullying: Un clamor de ayuda

El bullying es un fenómeno de violencia que ha estado presente desde tiempos muy antiguos. La importancia de su detección oportuna, así como su manejo, permite que la dinámica interactiva entre los chicos(as) escolares se desarrolle de manera suficientemente sana y se favorezca la empatía.

Se trata, pues, de una dinámica que se caracteriza por un deseo obsesivo por infligir daño intencionado, se presenta dentro del contexto escolar y existe un ejercicio de poder y sometimiento hacia alguien más. Asimismo, ocurre también entre pares (compañeros(as) del colegio, por ejemplo) y de modo repetido, durante un cierto tiempo, sin justificación alguna.

Resulta indiscutiblemente necesario diferenciar con claridad si se trata o no de un fenómeno de bullying para evitar categorizar como tal a cualquier manifestación de límites entre los(las) mismos(as) chicos(as). Sin embargo, es cierto que ha sido difícil definir este fenómeno, por lo cual es importante actuar a nivel preventivo para evitar así que se configure una situación violenta que llegue a consecuencia irremediables.

Entre algunas de estas consecuencias puede nombrarse: depresión, pensamientos y/o intentos suicidas, ansiedad, trastornos de conducta alimentaria, trastornos del sueño, baja autoestima, aislamiento, problemas académicos, entre otros.

En la búsqueda de brindar apoyo a los centros educativos, grupos de docentes y padres de familia, se requiere estar informados del fenómeno y sus características, así como de su detección oportuna y estrategias que permitan abordarlo (escucha activa, comunicación efectiva, promover la denuncia con autoridades escolares, brindar apoyo a los(las) involucrados(as) (testigos, agresores y víctimas), entre otros). Recordemos que la mejor arma para combatir el bullying es la prevención y que los agresores pierden poder cuando la denuncia se hace efectiva.