A Freud todo se le daba fácil
Eso solemos pensar cuando vemos lo que hizo la gente que es muy inteligente, o muy famosa, o tiene ideas geniales. En realidad, Sigmund Freud sufrió mucho mientras trataba de explicarse, a él mismo y a los demás, cómo funciona la mente. Lo sabemos porque le escribía cartas a su amigo Wilhelm Fliess y le contaba lo que pensaba y lo que sufría. Muchas veces escribió que el proyecto iba a tirarlo a la basura o a dejarlo en un cajón, pero no lo hizo y siguió, y terminó inventando todo lo que hoy conocemos como psicoanálisis.
El psicoanálisis se basa en el trabajo con el inconsciente, pero no fue por ahí por donde Freud empezó. Al ser médico venía de saber neurociencias y trató, a lo largo de muchos trabajos, de explicar el funcionamiento de la mente con su teoría de las neuronas. Así es, Freud primero habló de neuronas y después del inconsciente.
Hizo dibujos donde se imaginaba lo que entraba, lo que salía y lo que se quedaba en las neuronas. Así empezó a explicar la memoria y también explicó eso que hacemos los humanos de no decir todo lo que pensamos, y de no pensar todo lo que sentimos. Decía que en las neuronas había barreras que no dejaban pasar toda la información. Habló de neuronas pasaderas y no pasaderas. Las pasaderas eran aquellas que no tenían barreras y dejaban pasar todo, mientras que las no pasaderas presentaban una barrera y con eso se quedaba la información. Así explicaba la memoria, porque era lo que se quedaba dentro de la neurona y no podía salir.
A partir de estos trabajos, en los que invirtió una enorme cantidad de horas y de energía, empezó a creer que había cosas que no podíamos saber de nosotros mismos así a la primera, que había sentimientos y recuerdos que permanecían ocultos. Esto fue lo que después lo llevó a inventar, o descubrir, el inconsciente. Cuando hacemos trabajo psicoanalítico con un psicoanalista lo que vamos descubriendo es lo que está en el inconsciente. Esto puede ser apasionante porque finalmente es algo que está oculto pero que nos afecta en el presente sin que podamos controlarlo y sin quererlo.