¿A quién conoces?
Nos pasamos la vida intentando conquistar. Entre nuestras primeras conquistas pueden aparecer: la vida escolar, el ámbito social, la capacidad para adquirir cosas y una enérgica presencia virtual. Pero ¿dónde quedamos nosotros mismos en éste incansable proceso?
Conquistar al otro y a nosotros mismos no es una cuestión de dominación, sino de una profunda y sincera comprensión del sí mismo. Este proceso implica ciertas incomodidades para trascender las frustraciones inherentes a nuestra condición humana. Así, el verdadero acto de conquistar se basa en el esfuerzo por intimar y amar genuinamente.
En la dominación aplastamos, predominamos e imperamos sobre la verdad, sobre la genuina experiencia del vivir y esto nos deja muy lejos de conocernos o conocer al otro.
Michel Foucault, en el cuidado del sí mismo, nos invita a explorar nuestra relación con los demás y con nosotros mismos a través de las «tecnologías del yo». Estas son prácticas y técnicas mediante las cuales los individuos pueden trabajar sobre sí mismos para alcanzar una mayor comprensión y verdad sobre su existencia. Según Foucault, el conocimiento del otro implica también un proceso de autoconocimiento, donde la verdad y el entendimiento surgen no sólo del análisis del otro, sino también de una introspección profunda y honesta del sí mismo. El cuidado y conocimiento de sí es la libertad individual y quien cuida de sí mismo no corre el riesgo de aplastar al otro, de someterlo.
Por otro lado Winnicott, psicoanalista inglés nos pone a la mano el concepto del “ambiente facilitador” en el que nos describe entronos y figuras de apego que le permiten al ser humano sentirse seguro y amado para poder conocerse.
En conclusión, nadie puede amar lo que no conoce y conocer es una conquista que requiere paciencia , contemplación y tiempo.
Gabriela Pérez Negrete
Psicoanalista Centro K
CDMX,14 de junio , 2024.