Versiones del padre

 “El asunto es que la sumatoria de estos hechos – copular con una mujer, que ella lleve en su vientre algo durante cierto tiempo, que ese producto termine siendo eyectado – jamás logrará constituir la noción de qué es ser padre. Ni siquiera hablo de todo el haz cultural implicado en el término ser padre, hablo sencillamente de qué es ser padre en el sentido de procrear” Lacan, J. Seminario 3 La Psicosis.

 

Estamos próximos a celebrar el día del padre y en el marco de esta celebración aquí van estas reflexiones.

¿De qué padre hablaremos? Puede ser el señor que vive en nuestra casa, el padre temido, el que nos encontramos todos los días, el padre amoroso, el ausente, o el que necesitamos cuando éramos niños o niñas. Podemos hablar también del padre que logra ocupar su lugar y así evita que vivamos con la carga de ser lo que no es y de tener un papel que no le corresponde en la familia, o del padre que cede toda la educación y responsabilidad a la madre convirtiéndose en un mueble más de la casa.

Hoy en día la paternidad está en crisis: pasamos del padre de la voz gruesa con la mirada que imponía y al que no se le cuestionaba (lo que tampoco fue lo mejor), al que nos muestran las series de televisión. Del padre que guiaba con firmeza, pasamos al que le tiembla la mano cuando tiene que mostrar su autoridad y tomar decisiones para educar y formar.

Un hecho innegable es que el padre es la primera persona en el mundo que nos escoge, que nos da un lugar y que nos reconoce al decir: “eres mi hijo o eres mi hija”. La cuestión del padre así como el amor es una cuestión de fe. Nadie puede asistir a su propia concepción para dar fe de ello, es algo imposible de demostrar.

Philippe Julien al hablar del pater familias romano nos comunica lo siguiente: “lo que define al ser padre no es la coacción de la sangre sino el acto de un amo que toma posesión de un niño y declara públicamente: yo soy su padre. La paternidad es autorreferencial, como todo acto de amor”.[1]

¿Hacia dónde voy con todo esto? Aunque desconozco cómo es o haya sido la relación con su padre, es posible entenderla un poco más e incluso mejorarla. ¿Cómo? Integrando lo bueno y lo malo de lo que un padre representa.

La deconstrucción – definida como el desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades – es una herramienta fundamental en la clínica psicoanalítica para poder abordar la relación con el padre – vivo o muerto – y reconciliarte con esa figura paterna, con lo bueno y con lo malo.

Si aún tienes la fortuna de tener a tu padre, celébralo, festéjalo y reconócelo – aun cuando él no lo haya hecho contigo – por todo lo que te ha dado o justamente por todo lo que no te ha dado, en ambos casos a ese padre le debes la mitad de lo que eres y también de lo que no eres.

Jesús Onofre. Psicoanalista. CDMX junio 2023

[1] Julien, Philippe. El manto de Noé. Alianza Estudio, 1993. Pág.  20

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